LA ROSA DE LOS VIENTOS
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Además, os dejo varios poemas para aquellos que no tengáis todavía el libro. El día 8 de enero, trabajaremos los dos primeros poemas siguiendo las actividades que nos propone el libro de texto en la página 254.
Os dejo también imágenes de los poetas y algunos youtubes que pueden ser interesantes.
El primer poema que trabajaremos es el poema "Rueda que irás muy lejos" de Miguel Hernández; os dejo a continuación otro enlace (ya sabéis, nosotros a lo nuestro ;) )
Rueda que irás muy lejos.
Ala que irás muy alto.
Torre del día, niño.
Alborear del pájaro.
Niño: ala, rueda, torre.
Pie. Pluma. Espuma. Rayo.
Ser como nunca ser.
Nunca serás en tanto.
Eres mañana. Ven
con todo de la mano.
Eres todo mi ser que vuelve
hacia su ser más claro.
El universo eres
que guía esperanzado.
Pasión del movimiento,
la tierra es tu caballo.
Cabálgala. Domínala.
Y brotará en su casco
su piel de vida y muerte,
de sombra y luz, piafando.
Asciende. Rueda. Vuela,
creador del alba y mayo.
Galopa. Ven. Y colma
el fondo de mis brazos.
El segundo poema que trabajaremos será "Cabalgar sobre la mar", que estoy segura de que sabréis quién lo escribió sin que os lo diga; en la antología está en la página 20. Después del poema os dejo un enlace para que veais a Rafael Alberti y sobre todo para que lo oigáis recitar. La música es de Paco Ibáñez, alguien a quien, vosotros, mis poetas, tenéis que conocer. Espero que os guste.
¡Quién cabalgara el caballo
de espuma azul de la mar!
De un salto,
¡quién cabalgara la mar!
¡Viento, arráncame la ropa!
¡Tírala, viento, a la mar!
De un salto,
quiero cabalgar la mar.
¡Amárrame a tus cabellos,
crin de los vientos del mar!
De un salto,
quiero ganarme la mar.
de espuma azul de la mar!
De un salto,
¡quién cabalgara la mar!
¡Viento, arráncame la ropa!
¡Tírala, viento, a la mar!
De un salto,
quiero cabalgar la mar.
¡Amárrame a tus cabellos,
crin de los vientos del mar!
De un salto,
quiero ganarme la mar.
El tercer poema es "La canción del pirata", de José de Espronceda, es un texto el siglo XIX. Está en la página 28 de la antología. Y a continuación, os pongo dos youtubes.
Mi corbata, mis guantes,
Mis guantes, mi corbata.
La mariposa ignora la muerte de los sastres
la derrota del mar por los escaparates.
Mi edad, señores, 900.000 años. ¡Oh!
Era yo un niño cuando los peces no nadaban,
cuando las ocas no decían misa
ni el caracol embestía al gato.
Juguemos al ratón y al gato, señorita.
Lo más triste, caballero, un reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.
A las tres en punto morirá un transeúnte.
Tú, luna, no te asustes;
tú, luna, de los taxis retrasados,
luna de hollín de los bomberos.
La ciudad está ardiendo por el cielo,
un traje igual al mío se hastía por el campo.
Mi edad, de pronto, 25 años.
Es que nieva, que nieva,
y mi cuerpo se vuelve choza de madera.
Yo te invito al descanso, viento.
Muy tarde es ya para cenar estrellas.
Pero podemos bailar, árbol perdido
Un vals para los lobos,
para el sueño una gallina sin las uñas del zorro.
Se me ha extraviado el bastón.
Es muy triste pensarlo solo por el mundo.
¡Mi bastón!
Mi sombrero, mis puños,
mis guantes, mis zapatos.
El hueso que más duelo, amor mío, no es el reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.
Las 3 en punto.
En la farmacia se evapora un cadáver desnudo.
El siguiente poema se titula "La aurora" y ya sabéis quién es el autor y por qué escribió este texto. Lo encontráis en la página 45 de la antología. Y os dejo el youtube que trabajamos en clase.
La aurora de Nova York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas
La aurora de Nova York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprueban con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
Otro poeta que hemos trabajado mucho este curso y que ya conocéis es Blas de Otero. El siguiente poema lo escribió él y pertenece al libro Pido la paz y la palabra (bonita petición, ya sabéis), escrito en 1955; en la antología está en la página 80. Se titula "En la inmensa mayoría":
Podrá faltarme el aire,
el agua,
el pan,
sé que me faltarán.
El aire, que no es de nadie.
El agua, que es del sediento.
El pan... Sé que me faltarán.
La fe, jamás.
Cuanto menos aire, más.
Cuanto más sediento, más.
Ni más ni menos. Más.
El siguiente poema fue escrito por José Agustín Goytisolo. En la antología está en la página 84. El libro al que pertenece se titula Algo sucede.
Antes de escribir Algo sucede (en 1969), Goytisolo había entrado en una crisis creativa de la que consigue salir gracias al descubrimiento de la la validez de la poesía social como arma política.
En este poema vemos un lenguaje sencillo y de vocabulario totalmente accesible. Nos indica el público al que quiere dirigirse, la sociedad, ya que nos encontramos ante poesía de la conciencia o poesía social, con pretensiones de despertar la conciencia del pueblo. Se produce una unión indivisible entre el poeta, el lector y los que sufren mediante la solidaridad en ese dolor.
Los versos adquieren una gran carga expresiva y hacen que nadie pueda quedar indiferente ante su significación. Parecen hacernos tomar conciencia de la necesidad de adoptar una actitud activa a favor de la libertad, de la justicia y de la solidaridad, cuestiones defendidas por el autor durante toda su obra.
En clase profundizaremos en los temas.
En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.
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